"No lo mires delante mío. Es como hacer botellón en la casa de un ex alcohólico". Sin duda, una de las frases más extrañas (y dramáticas) que me han dirigido en los últimos tiempos. Sacada de contexto podría parecer que me he transformado en el diablillo que se nos aparece en el hombro izquierdo con toda la intención de empujarnos a hacer el mal, pero sabed que las desesperadas palabras, pronunciadas por un amigo, no se refieren a ningún estupefaciente... O pensándolo bien, puede que sí, a una de las drogas más duras de los últimos tiempos. Es sintética, muy adictiva y se llama Facebook.
Es curioso; al principio se pensaba que Internet contribuiría a que nos convirtiéramos en seres antisociales aislados en nuestras madrigueras virtuales. Las redes sociales han hecho pedazos el mito: ahora tenemos más amigos que nunca, de todos los rincones del mundo. Eso sí, a cambio hemos sacrificado nuestra privacidad, dejando que cualquiera husmee en nuestras vidas (y comente nuestras fotos).
Mi colega acababa de borrar su perfil (se está quitando). ¿Qué ocurrirá con él? ¿Se quedará aislado en el mundo real? O al contrario ¿habrá recuperado el control de su vida?
2008/12/02
Un libro abierto
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4 comentarios:
Lo reconozco: la frase es mía. Realmente era "No mires el facebook delante mío. Es como hacer botellón en la casa de un ex-alcohólico". Y también reconozco otra cosa: he vuelto a caer jaja. Hoy he reabierto mi cuenta. Es impresionante cómo engancha esa basura. Eso sí, por mis santos c.... que vuelvo de Miami habiéndome borrado.
No te borres, Fer, ponte horarios y ya está. Disciplina. Pero no te borres, que no podremos ver todas tus fotos (muy buenas las de key west).
Fer, esto es como alcohólicos anónimos. Me alegro de que hayas confesado tus pecados.
He cambiado la frase, es mejor de lo que recordaba.
En honor a la verdad Eric, las fotos (sólo las buenas) del Facebook del viaje a Key West no son mías sino de Santi, el becario de informática de Chicago.
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