2008/12/09

Libertad de culto

"El Apocalipsis llegará tras la caída de cuatro imperios. Tres han caído ya, estamos viviendo el cuarto." Mis ojos legañosos pestañean ante el poster adornado con una bestia fruto del peor montaje de Photoshop que haya visto en años, en un autobús abarrotado de caras largas. Son las ocho de la mañana, demasiado temprano para asimilar sermones.

Sobre Estados Unidos pueden decirse muchas cosas, no pocas negativas, pero el país tiene muchas características que me parecen ejemplares. Una de ellas es que aunque muchos estadounidenses podrían ser considerados verdaderos fundamentalistas religiosos, la actitud oficial desde la fundación del estado ha sido de tolerancia total hacia todo tipo de pensamiento religioso (creo que esto es positivo, aunque peligroso, pues la línea entre credo y secta es muy fina).

Bien, es cierto que la mayoría de los gobernantes han pertenecido al establishment WASP (White Anglo Saxon and Protestant) más recalcitrante (y a veces paleto), pero gobierne quien gobierne, el estado jamás ha tratado de frenar el desarrollo de ningún movimiento espiritual. Aquí los templos son tan numerosos como en cualquier otro lugar, pero ninguna se parec a otra: católicos, baptistas, luteranos, ortodoxos, musulmanes, judíos, masones... Todos tienen un lugar en las ciudades. Justo al lado de mi casa está la sede de la iglesia de ¡Jesucristo Científico!
Con tanta competencia, no es de extrañar que cada "iglesia" tenga que emplear todo tipo de herramientas persuasivas para atraer nuevos adeptos. Y el transporte público, utilizado a diario por miles de ciudadanos, es uno de los soportes más habituales para dejar mensajes espirituales.

Durante los meses otoñales los representantes locales de una de las religiones mayoritarias, la musulmana, han utilizado el exterior de los autobuses urbanos para publicitarse. Si ya el ver anunciado el Islam como cualquier estreno de Hollywood me ha resultado curioso, el tono utilizado me ha sorprendido aún más, y he de decir que a bien desde un punto de vista estratégico. Los impulsores de la campaña han decidido centrarse en lo que los une a los demás credos “del Libro”, en lugar de enfocar aquello que les hace diferentes. Dejan de lado la confrontación para presentar la religión de Mahoma como una evolución, una suma y mejora de las creencias judías y cristianas. Sin duda inteligente. Aunque conmigo lo van a tener difícil; ¡sobre todo a las ocho de la mañana!


El Islam: el modo de vida de Noé, Abraham, Moises, Jesús y Mahoma.

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